Lamentamos las molestias.
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Cuando tienes la piel deshidratada puede ser por varios motivos, pero el más común es que nuestra barrera cutánea no está en estado óptimo. Por eso lo ideal es cuidar ambos aspectos al mismo tiempo: ¡sigue leyendo para descubrirlo todo sobre la piel deshidratada!
Todas las pieles tienen varias capas que actúan como protectoras de nuestro cuerpo. La piel existe para que los agentes externos no entren al torrente sanguíneo, y viceversa, que todo lo bueno no salga al exterior. Cuando una de estas capas está dañada, inevitablemente perderemos hidratación: a partir de ahora llamaremos a esta capa tan importante "estrato córneo" o, cómo se le suele llamar más a menudo, "barrera de la piel". Si la barrera de la piel está dañada, no será capaz de retener hidratación y, como resultado, tendremos la piel deshidratada.
Además, también puede haber otros factores, cómo la toma de medicamentos o terapias que provocan sequedad, estar mucho tiempo al sol o en un sitio donde haga mucho calor, falta de humedad en el ambiente, estrés e incluso la aplicación de cosméticos agresivos.
La piel deshidratada tiene aspecto lúcido y normal, pero se siente tirante, con picor, incómoda y con mucha frecuencia la acompaña la aparición de granitos (que se forman debido a la brecha que se ha formado en el estrato córneo). El aspecto lúcido se da porque la piel, al entender que nos falta hidratación, comienza una sobreproducción de sebo para contrarrestar la sequedad.
La hidratación de la piel se recupera combinando dos tratamientos: el primero es reforzar la barrera de la piel con vitaminas como la niacinamida o el pantenol, que regeneran esta protección e impedirán que se evapore la hidratación que le aportemos a nuestro rostro. Por otro lado, hay que hidratar en profundidad con ingredientes como el ácido hialurónico, el extracto de higo chumbo o incluso cosmética con colágeno.
Sabemos que suena redundante, pero beber poca agua contribuye mucho a que nuestra piel esté deshidratada, además de ser malísimo para nuestro organismo. Además, tomar el sol también deshidrata muchísimo la piel, al igual que estar mucho tiempo en el agua (por ejemplo, tomando un baño, en la piscina o en el mar). ¡Así que ya sabes! Bebe mucha agua y no te pases con tomar el sol (que además, contribuye en un 90 % al envejecimiento prematuro de la piel).