Lamentamos las molestias.
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El microbioma es el conjunto de microorganismos que habitan en nuestra piel: todas aquellas bacterias, hongos y parásitos (buenos) que se encuentran en la piel de forma natural y que son necesarios para protegernos de patógenos externos u otros problemas cutáneos. Son microorganismos beneficiosos para nuestra piel, ya que mientras viven en ella consiguen nutrientes y, a cambio, controlan la expansión de patógenos que, en caso de crecer demasiado, resultarían dañinos para nuestra piel.
Para cuidar de nuestro microbioma, lo mejor que podemos hacer es evitar los factores que lo desequilibran. Esto se traduce en tener una dieta equilibrada e hidratarnos lo suficiente, evitar el estrés cuando sea posible, proteger nuestra piel del sol y adecuar nuestra rutina de belleza de la siguiente manera: ·Limpiar la piel correctamente, encontrando el equilibrio entre una higiene adecuada y excesiva; ya que un lavado demasiado frecuente puede agredir la capa hidrolipídica de la piel y deteriorar la nuestra microbiota.
Existen varios factores que pueden romper el equilibrio de nuestro microbioma, haciendo que, microorganismos que no dañaban nuestra piel, se conviertan en patógenos (y nos provoquen infecciones u otros problemas cutáneos). Entre estos factores, estaría llevar una dieta desequilibrada o la toma de ciertos antibióticos. También pueden alterar el equilibrio de nuestra microbiota cutánea la contaminación ambiental, el estrés o los hábitos de higiene; incluso diferentes factores ambientales, como un cambio en el pH de la piel, los rayos solares o la edad.