Los sérum son productos cosméticos que están formulados para proporcionar altas concentraciones de ingredientes activos específicos a la piel. Hay muchos tipos de sérums en el mercado y cada uno realiza una función diferente, que van desde aportar hidratación hasta revitalizar las pieles apagadas.

En teoría, no hay un número máximo de sérums que puedas utilizar, pero sí que hay que tener cuidado con el tipo de sérums que estemos mezclando y de cómo acepte nuestra piel el uso de tantos productos.

Hay que tener en cuenta que no es recomendable mezclar sérums que contengan distintos ácidos y vitaminas: no debemos mezclar vitamina C y AHA, por ejemplo. Además, hay algunas pieles a las que les cuesta más absorber los productos, por lo que el uso de más productos del mismo tipo (paso) puede saturar nuestra piel. Recuerda, a veces menos es más.

La diferencia puede parecer mínima, pero al ser diferentes tipos de productos su acción también es diferente.

Los sérum, como ya sabes, son productos que tienen una alta concentración de activos que tratan problemas específicos de la piel.

En cambio, un booster es un producto que viene en un formato parecido al de los sérum, pero cuya función no tiene nada que ver: multiplicar el efecto de cualquier producto que apliquemos después.

Por otro lado, las ampoule sí que son más parecidas a los sérum, pero mientras que un sérum es un tratamiento de uso diario, el uso de una ampoule puede ser más esparcido en el tiempo, puesto que es muchísimo más concentrado que un sérum. Además, su formato está diseñado para dosis más exactas y evitar que el producto se oxide o pierda propiedades desde un uso a otro, ya que como hemos comentado anteriormente, es un uso puntual.

Más que para cada tipo de piel, hay un sérum para cada necesidad de la piel. Por ejemplo, si tienes la piel grasa uno de los problemas que puede que tengas es la sobreproducción de sebo: lo ideal sería utilizar un sérum dirigido a regular su producción, como un sérum de niacinamida. Si en cambio, tienes la piel apagada, sin brillo, podrías utilizar un sérum de vitamina C que te aporte esa luminosidad perdida. Si tu problema es el acné, puedes utilizar un sérum con ácidos o un sérum con ingredientes calmantes como la centella asiática.

Para cada problema o necesidad hay un tipo de sérum indicado para tratarlo.